Iglesia Cristiana Remanente

Devocional: UNIDAD DE LA IGLESIA PARA SER PERFECTA – Efesios 4:13

Devocional: Julio 24

UNIDAD DE LA IGLESIA PARA SER PERFECTA Efesios 4:13 Devocional Julio 24 Pastor Enrique Godoy Iglesia Cristiana Remanente Calle Liverpool 44, Colonia Juárez Ciudad de Mexico #Iglesia#Iglesia_Cristiana#Remanente#Dios#Cristo#Devocional

Aquí estamos nuevamente, mis hermanos, otra vez con ustedes en este 24 de julio.

Y bueno, seguimos la línea… Perdón, no me había puesto aquí el micrófono. Seguimos la línea este 24 de julio. Noten ustedes que es Efesios 4:13 lo que vamos a estar viendo, lo que vamos a estar observando.

Noten aquí el versículo:

“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.”

Estamos siguiendo el flujo de esta enseñanza que es maravillosa. Yo quise hacerlo para darnos cuenta, desde un principio, de cómo se está desarrollando la unidad en el Espíritu y cómo sigue el flujo de esa unidad, y cómo realmente nosotros debemos responder a ella.

Mira, la meta de los que son redimidos involucra un doble compromiso: para ser perfectos y para servir a Dios. Para ser unidos en la fe, tener el conocimiento del Hijo de Dios. De esa manera se alcanzará la madurez que muchos deseamos.

Algunos comentaristas dicen que el conocimiento del Hijo de Dios se alcanzará hasta la glorificación. Bueno, correcto. Sin embargo, el contexto no describe la obra final de Cristo, sino la obra de los siervos de Dios sobre la Tierra.

Este objetivo espiritual para la iglesia empieza con la unidad de la fe. Esto no se refiere al acto de tener una creencia, sino a la verdad cristiana, a la doctrina cristiana como tal. La fe es el conocimiento del Evangelio, una forma más completa.

Como lo ilustra la iglesia de Corinto, la falta de unidad viene como resultado de la ignorancia doctrinal y de la inmadurez espiritual. Siempre que los creyentes reciban enseñanza correcta, cuando el cuerpo de Cristo es edificado hacia la madurez espiritual, la unidad de la fe es un resultado positivo. Es un resultado inevitable.

Entonces, la unidad en compañerismo es imposible a no ser que sea construida sobre la verdad divina, en la base de la verdad divina creída por todos. Ustedes recuerdan que la solución para las divisiones en Corinto fue que todos tuvieran una misma manera de pensar, una misma manera de entender las Escrituras y que hablaran conforme a la verdad.

Si no hablo conforme a la verdad, pues voy a estar dividiendo. Esta es la forma de practicar la unidad de la fe: hablar de acuerdo a lo que dice la Palabra de Dios. La verdad de Dios no está dividida contra sí misma. Y cuando el pueblo se divide, eso es porque se ha apartado de la verdad. En otras palabras, se ha apartado de la fe, de un conocimiento y entendimiento correctos.

Solo una iglesia equipada y perfeccionada con base en la enseñanza bíblica puede aspirar a que todos lleguemos a la unidad de la fe. Si no, ¿quién sabe hasta cuándo? Una iglesia se identifica por la unidad de la fe, y de nuevo, si no es en base a la Palabra de Dios, no hay fundamento para esa unidad.

Por eso vemos la siguiente frase, que hace que la iglesia sea perfecta —en otras palabras, madura—: “y del conocimiento del Hijo de Dios”. Pablo está hablando del conocimiento, que es la palabra epignosis, que significa conocimiento pleno, que se alcanza por medio de una relación con Cristo, basada en la oración y el estudio fiel de la Palabra en obediencia.

A pesar de que Pablo tenía ya muchos años en el ministerio, él todavía tenía necesidad —tú lo ves en las Escrituras— de seguir conociendo a Cristo. Tú lee, por ejemplo, Filipenses capítulo 3.

Mira Filipenses 3, cuando dice en el versículo 8:

“Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo…”

“…y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe…”

Y todavía remata:

“…a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en su muerte…”

Y en el versículo 12 dice:

“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto, sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.”

Este no es un simple conocimiento intelectual acerca de Cristo —eso cualquiera lo puede tener—. Pablo utilizó la palabra conocimiento para referirse a conocerlo por experiencia, ¿me entienden?, a escala personal. Es equivalente a participar de forma íntima en la vida de Cristo, con el Hijo de Dios.

Ninguna cosa aparte de esto vale la pena. El patrón de Dios para que la iglesia llegue a la madurez y sirva, es una madurez a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, lo que acabamos de leer en Efesios 4:13.

El deseo de Dios para la iglesia es que todo creyente, sin excepción, llegue a ser semejante a su Hijo, manifestando el carácter y las cualidades de Aquel quien es la única medida del varón perfecto. La única medida. No vas a imitar a nadie; la medida es Cristo, y punto.

En otras palabras, plenamente desarrollado y maduro. Entonces, los cristianos debemos reflejar a Cristo en nuestro diario vivir. Somos llamados a representar el nombre de Cristo en plenitud, no en fragmentos ni en pedazos, no en etapas.

Así como Él no da el Espíritu por medida, así nosotros no debemos darnos por trozos, ni en etapas, ni a ver cuándo se pueda o cuándo no. Llevamos el proceso de santificación divina por medio del Espíritu Santo, que nos cambia constantemente de gloria en gloria.

Como dice en 2 Corintios 3:18:

“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”

Ahí lo tienen ustedes. Este versículo describe el proceso de santificación, de gloria en gloria. ¿Te das cuenta? Cuanto más crezcamos los creyentes en el conocimiento íntimo de Cristo, más se revela Él en la vida de cada uno.

Aún no hemos alcanzado la estatura que debemos alcanzar. Estamos en ese proceso, pero cada uno debería saber su propio nivel. Y si no hemos alcanzado la estatura que debemos tener, es ahora el momento y el tiempo para reconocerlo y proceder hacia adelante, para llegar al límite requerido por Cristo.

Esa debe ser nuestra meta: con el fin de presentar perfecto a Cristo. De otra manera, ¿cómo vas a presentar perfecto a Cristo, si no tienes ningún crecimiento, si no tienes ningún alimento? Tienes que presentar a Cristo Jesús bien a todo hombre, y por lo tanto, tienes que conocerlo más.

No conocerlo bien es, como dice Colosenses 1:28:

“A quien anunciamos, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre.”

“Para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de Él, la cual actúa poderosamente en mí.”

Entonces, si no le conoces, ¿cómo vas a hacer esto? ¿Cómo vas a enseñar a todo hombre en toda sabiduría? ¿Cómo vas a presentar perfecto a Cristo? No lo vas a presentar perfectamente, como debe de ser, porque no tienes una verdadera edificación en tu vida, ni has madurado. Te has quedado estancado. Tienes ese peligro.

Así que, hermanos, yo te animo a que ahora sí procedas a ser quien debes ser, para llegar al límite requerido que Cristo nos ha pedido a todos.

Dios te bendiga y seguimos creciendo en la Palabra del Señor.

ICR

Me convertí en 1982. Casi inmediatamente me dedique a Tocar y cantar para el Señor. Ministramos en la música por varios años. Estuve siendo discipulado por 8 años. El Señor me llamó al Pastorado en 1990. Estudié en el "Seminario de Puebla" donde hice una Licenciatura en preparación de Líderes. Seguimos ministrando con la Alabanza junto con mi esposa Lucy. Luego en 1991 me invitaron a "Grace Community Church" para hacer conciertos en la Iglesia Hispana. Y ahí conocimos a varios Respetables Pastores, entre ellos a John MacArthur, Henry Tolopilo, etc.

Seguí pastoreando la Iglesia Cristiana Remanente por varios años hasta que recibimos la bendición de tener Nuestro Propio Local y de Estudiar en el "Seminario Bíblico Palabra de Gracia" siendo la Primer Generación de Graduados. Luego fui parte de la Facultad y sigo enseñando Teología III y IV y Ministerio Pastoral I y II. Tenemos Tres Hijos cristianos por la gracia de Dios. Jonathan Godoy (graduado del Seminario), Tanya Godoy (Casado con un Pastor) y Isaías Godoy (Graduado en Master´s Seminary en Maestría en Divinidades y Maestría en Teología y estudiando el Doctorado) Mi esposa Lucía ha sido mi ayuda idónea por 48 años, y entre pruebas y luchas nuestra vida es para darle la Gloria y Honra a Nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo. Y nuestro principal propósito es que esta Iglesia sea UNA IGLESIA EJEMPLAR.

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